Si el drenaje es adecuado, la presión del ojo se mantiene a un nivel normal. La producción, el flujo y el drenaje de este fluido es un proceso necesario para la salud del ojo, y si este proceso esta en equilibrio la PRESION INTRAOCULAR estará en un rango normal. En cambio si existe algún tipo de obstrucción a la salida del humor acuoso, ya sea por un CIERRE DEL ANGULO o un mal funcionamiento del mismo por canales defectuosos la PRESION INTRAOCULAR se elevará por encima de los valores normales.
En otras palabras, en la mayoría de los tipos de glaucoma, el sistema de drenaje del ojo se tapa y el fluido intraocular no puede drenar. Al acumularse, causa un aumento de presión en el interior del ojo que daña al nervio óptico que es muy sensible, llevando a la pérdida de la visión.
Conforme aumenta la presión del fluido dentro de su ojo, daña estas fibras nerviosas que son muy sensibles y empiezan a morir. Al ocurrir esto, el disco óptico comienza a hacerse hueco rechazando las fibras del nervio óptico, el cual adoptará la forma de copa o curva. Si la presión se mantiene muy alta por demasiado tiempo se puede dañar el nervio óptico, resultando en pérdida de la visión.
Al principio, la retinopatía diabética puede no causar síntomas o solamente problemas de visión leves. Eventualmente, sin embargo, la retinopatía diabética puede causar ceguera siendo una de las principales causas en países desarrollados. La retinopatía diabética puede desarrollarse en cualquier persona que tenga diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2.